martes, 10 de mayo de 2011

El secreto de Edward Cullen

Voy a revelar el secreto más profundo de la saga Crepúsculo, pero vas a tener que ayudarme. Imagínate la siguiente escena: Estás sola en casa. Tocan a la puerta. Abres. Delante de ti se encuentra Edward Cullen. Pálido, alto y mirándote a los ojos te dice con una sonrisa : "¿puedo entrar?" Tienes dos segundos para pensar en serio qué harías. Pero seguramente no los necesitas o te sobra uno. Si aún tuvieras fuerzas para hablar, solo podrías decir: sí.
¿Por qué conoces a Edward Cullen? ¿por qué te suena su nombre? Miles de libros, miles de entradas de cine, miles de descargas piratas en internet ¿te has preguntado por qué?
Estaba caminando por la calle cuando vi una fila interminable de muchachas, de adolescentes, agitándose y dando saltitos sobre sus pies mientras abrían las puertas del cine ¿por qué miraban suspirando hacia los posters con la cara de Edward Cullen? También yo me quedé mirando a sus ojos de vampiro tratando de ver qué tenían de particular, y entonces me hipnotizó y comenzó a hablarme él mismo: "¿que por qué vienen todas a verme o por qué gastan sus ahorros en leerme? entérate de una vez: no me alimento de sangre, sino del deseo más profundo de todo adolescente. El deseo de amar y de ser amado. Pero no de cualquier forma. Yo les ofrezco algo con lo que sólo han podido soñar en sus mejores sueños y que muchos nunca han visto con sus ojos hasta que me han visto a mí. Yo les ofrezco, y les señalo a la vez, lo único que necesitan: el amor eterno y fiel. Nada más les importa en realidad. Al príncipe azul le salen canas, arrugas y luego se muere; yo soy mucho mejor. No puedo marchitarme ni envejecer; soy el amante perfecto porque amo sin parar, día y noche, para siempre. Por eso no les importa si soy un vampiro o si tienen que convertirse en vampiras o en lo que sea. Son detalles sin importancia mientras el amor brille y dure."

Miré a las chicas que seguían dando saltitos y luego otra vez al poster. Ahora Edward estaba silencioso. No se ufanaba. Sabía que en realidad la atracción que sientes hacia él no cosa suya. Sabía que ese sentimiento de zambullida en tu corazón cada vez que le ves, ese sentir como si una piedra cayese en un lago cada vez que se estrena libro o película sobre Edward, no depende de él, sino de tí, de un deseo tuyo. Lo tienes tú y está en tu corazón. Es irresistible, está dentro de tu pecho, ni desaparece ni desaparecerá. Y además está destinado a crecer: el deseo de un amor infinito, que no muera y no traicione. El deseo de un amor exclusivo y fiel.

La adolescencia y la juventud activan en tu corazón el deseo que te acompañará siempre; buscarás el amor eterno y fiel como un misil busca la fuente de calor. No descansarás hasta alcanzarlo. Y con tal de lograrlo estarás dispuesta a pasar por encima de lo que sea. Lo buscarás con tal fuerza que podrás equivocarte y confundir lo que es amor con lo que se le parece. A veces el amor se presentará limitado, bajo la capa de la manipulación, la obsesión o la compulsión; si no estás atenta el impulso de tu interior se irá detrás de esto y en lugar de perseguir al sol te irás detrás de su reflejo, a un charco o a una poza.

Podrás confundir el amor eterno con los celos sin fin. Pero atenta a la finta. Un chavo celoso que desea poseerte y nada en la desconfianza no tiene amor eterno. El amor verdadero confía, te deja libre, quiere lo mejor para tí y se preocupa por ti pero no te monopoliza. Edward es un celoso, pero Bella no se da cuenta o no le importa. Ella se va con la finta.

Podrías confundir el amor eterno con el juego íntimo. Podrías así prometer amor "eterno" a alguien diverso cada mes. Así tu deseo no se saciará, Edward se alejará cada vez más, será inalcanzable, pensarás que imposible. Y esto porque el amor verdadero es exclusivo, lo que das a tu enamorado, al amor de tu vida, no puede ser lo que das a cualquiera; y por eso esperar tiene sentido.

¿Este es tu destino? ¿tratar de alcanzar a Edward sin poder hacerlo nunca? ¿experimentar lo mismo que Bella sin lograrlo?

No. Abre bien los ojos. Tu destino es mucho mejor que eso. El amor eterno y fiel, es aún mejor que el de Edward Cullen. El amor verdadero te respeta como eres. No te impide tomar tus propias decisiones, ni te acorrala como un vampiro o un lobo. El amor verdadero no es un novio abusivo ni celoso. El amor verdadero no bebe tu sangre, sino que la da toda por ti. El amor verdadero, eterno y fiel, ¡existe! y te quiere. Se asoma por la noche cuando duermes a la puerta de tu corazón. Te acaricia cuando despiertas. Le da la luz a tus ojos y el aire a tus pulmones. Te mira hasta el fondo de tu conciencia, pero no toca tu libertad, más bien la besa y te la cuida como si fuese un objeto maravillos de cristal fino. Y luego, en el momento que no estás distraída, cuando le miras a los ojos, cuando estás a solas tú y él, sólo entonces... te dice: ¿quieres venir conmigo? entonces, si quieres ven y sígueme.

A algunos les llena directamente. Lo sienten así y sólo ellos se dan cuenta. Pero todos pueden llenarse de él y amar a los demás con ese tipo de amor.

Contágiate de ese amor. Debe ser maravilloso cerrar los ojos sabiendo que alguien se muere de ganas por estar contigo. Es más maravilloso aún acostarse sabiendo que ya ha muerto de ganas por ti y que vuelve de la muerte para amarte sin fin y vivir a tu lado. Para siempre. Repito: Para siempre. El amor eterno. Verdaderamente fiel. Mucho mejor que Edward Cullen.