viernes, 9 de abril de 2010

¿Qué hace un sacerdote?


Me encanta ser sacerdote. Todos somos como peces que boquean en la orilla del mar. El agua está a pocos pasos. Y estamos ahí, boqueando.
"Argh!... me ahogo!"
Sentimos que nos falta todo.
Algunos ven con un ojo la arena, con otro el cielo
"¿y el mar? ¡No existe!...(dicen) ¡no lo veo!"
Claro, no lo ves, pero sí lo oyes.
El sacerdote se dedica a coger esos peces en sus manos y ponerlos en el mar... Imagínate el suspiro del pez
"¡ahhh!, ¡qué maravilla! ¡por fin en el agua! ¡por fin en el mar!"
Pues sí ¡soy feliz de ser sacerdote!

Dime qué piensas de esto.
Y no seas un besugo que se quema en la arena caliente: ¡acércate a Dios! pero sobre todo, ¡ayuda a los demás a entrar en el agua de la amistad con Dios! Verás qué contento te quedas. Y si ya lo has hecho: ¡Choca esos cinco!

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